El histórico acuerdo sobre la universal Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, alcanzado en 2015 por los líderes mundiales en las Naciones Unidas, supone que 196 países se comprometen a avanzar hacia la consecución de una serie de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en aras de un futuro mejor para todos. El paso del compromiso a la acción solo se podrá dar si el desarrollo sostenible deja de ser un asunto periférico en la toma de decisiones y se convierte en un elemento central, tanto en el ámbito público como privado.

El turismo se incluye como parte de dos ODS: el Objetivo 8, sobre crecimiento económico y empleo y el Objetivo 12, sobre producción y consumo sostenibles pero puede y debe desempeñar un papel importante en las soluciones que se encuentren en el marco de todos y cada uno de los 17 ODS.

Sin embargo como investigador social que soy debo reconocer que está costando mucho poder implementar estos objetivos. Si consideramos los antecedentes medio ambietales planteados desde la Conferencia de Estocolmo (1972) hasta el presente debemos reconocer que quizá hace unos años atrás el ideal de sostebilidad era suficiente , pero el gran deterioro del plneta y la sociedad hacen pensar que las herramentas metodológicas de la sostebilidad tal vez sean insuficientes.

Es por ello que en el diseño e implementación de las excursiones aquí planteadas se ha partido en realidad de mis "Experiencias" de campo.

Desde el 2016 que vivo en Amaicha del Valle he continuado una labor de inmersión cultural que nació allá por 1979 cuando descubrí el Quilmes recién restaurado, y en los últimos años he organizado localmente  Jornadas Interdisciplinares, Talleres de Memoria y dado cursos de Perfeccionamiento Docente. 

Así  a la hora de diseñar los itinerarios turísticos he tenido muy en cuenta la propuesta ODS pero, partiendo de un punto de vista de teórico de la Antropología Crítica he seguido también el aporte del Desarrollo Regenerativo Aplicado al Turismo, procedente de la Universidad para la Cooperación Internacional de Costa Rica  y la  Universidad del Medio Ambiente 

A través de este programa se busca evaluar los patrones, escenarios de cambio y nuevas condiciones que presentan en el desarrollo turístico, para integrar los preceptos del desarrollo regenerativo en la conceptualización de experiencias turísticas holísticas que renueven la cosmovisión de turistas, así como a los actores de la cadena de valor que las generan, para implicarlos como gestores de cambio que propicie la regeneración. El programa se enfoca en analizar los fundamentos del turismo responsable y conocer los preceptos del desarrollo regenerativo y su aplicación al turismo, de manera que se pueda llevar a la práctica un enfoque holístico.

Se trabaja con metodologías, instrumentos y saberes diversos para el desarrollo de productos y experiencias turísticas que reconozcan la complejidad de las diferentes dimensiones implicadas en el desarrollo a nivel territorial (gente, cultura, ambiente, espiritualidad, política y economía).

Sintéticamente podría decirse que la propuesta es ir más allá de la sostenibilidad turística centrada únicamente en conservacionismo y filantropía, para generar un turismo que sea capaz de reconectar al visitante consigo mismo, el ecosistema, renovar su cosmovisión e implicarlo como gestor de cambio que propicie la regeneración.

Es  en base a estas consideraciones que mis propuestas buscan siempre ahondar en la relación sistémica y dialéctica del hecho cultural del viaje  por un territorio desconocido.  En cada experiencia se resaltan de manera procesual los aspectos paisajísticos humanos y los físico naturales. Se ahonda en las relaciones contextuales entre la historia del lugar y su desarrollo económico político pasado y actual. Se muestra y resaltan las características sensibles que el ser humano puede experimentar en el momento de transitar estos ríos, valles y montañas, pero propone siempre una interpretación más amplia de lo visto, para que el visitante no se vaya con sólo una visión romántico telúrica sobre la experiencia social vivida.

Congruentemente no se realizo excursiones que pongan en peligro un recurso que no está preparado para recibir impactos con lo cual se anticipa cualquier etapa regenertaiva al evitar el daño. Así por ejemplo no realizo excursiones al Fuerte de los Amaichas (aunque en el parador Huayra Huasi de El Remate sí lo hacen) para evitar el daño en el patrimonio arqueológico. 

Te invito a transitar juntos este desafío. Por nosotros mismos, por los que nos precedieron y por los que nos sucederán.